El agente Kriskoff no le dijo nada al agente Wolf durante su extenso interrogatorio, pero ahora sabe que le están dando caza. Decide volver a Barcelona para sonsacar información al hombre al que llaman Agente Vicious. Lo que descubre sacudirá sus convicciones y le obligará a adaptarse. No hay nada como un polvo caliente para soltar lenguas.