Cuando dos cuerpos con una plasticidad perfecta se encuentran, es como una danza nupcial que comienza. Nos olfateamos, nos palpamos, inflamos nuestros músculos y luego llega el momento de los abrazos con la lengua. El dominante acaba comiendo, dilatando y follando el culo del pasivo antes de darle su sabroso néctar.
Freddy Salavor y Favio Vador se encuentran en el vestuario del gimnasio y los dos tienen una buena relación. Se miran, se huelen, se chupan y se cogen en el jugo... huele a sudor y a esperma en el vestuario del Barcelona.